Este es un momento histórico para las obras públicas en la ciudad de San Diego. Después de décadas de abandono, la ciudad tiene la intención de reconstruir nuestras calles, aceras, desagües pluviales, bibliotecas y parques, y reemplazar un antiguo sistema de agua y aguas residuales. En el próximo año fiscal, la ciudad propone más de $330 millones en proyectos de mejoras de capital.
La ciudad exigirá la aplicación de los salarios estatales vigentes a todos los contratos de obras públicas. Con ello se pretende multiplicar los beneficios de la inversión de los contribuyentes dentro de la comunidad local. Después de cinco décadas de prácticamente eximirse de los salarios prevalecientes, este cambio es el sello distintivo de un nuevo liderazgo en el Ayuntamiento que quiere crear buenos empleos y generar valor a largo plazo en el gasto de nuestros dólares de construcción.
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