Si suena demasiado bueno para ser verdad, puede ser un esquema PONZI

1 de diciembre de 2011

El esquema Ponzi lleva el nombre de Charles Ponzi, un inmigrante italiano que fue arrestado en 1920 por estafar a los residentes de Nueva Inglaterra con millones de dólares. El plan, de una forma u otra, continúa hoy. 

La Gran Recesión ha sacado a la luz muchos fraudes de inversión que, durante el mercado alcista del mercado de valores, no habían sido detectados anteriormente. Los esquemas Ponzi vienen en todas las formas y tamaños, pero existen algunas señales de alerta comunes. 

El fraude puede no ser tan masivo como el supuesto plan de 50 mil millones de dólares de Bernard Madoff, pero, como el caso Madoff, puede ser un programa de inversión administrado y controlado por un individuo o un pequeño grupo de individuos. Por lo general, se basa en la confianza depositada en un solo individuo, de ahí el término "estafador". Una señal de alerta puede ser que los rendimientos son demasiado buenos para ser verdad. Pero en los esquemas más sofisticados, las ganancias no tienen por qué ser espectacularmente grandes; pueden ser consistentes o ligeramente superiores a los rendimientos de otros tipos similares de inversiones.

Desafortunadamente, el otro hecho común es que los esquemas Ponzi son más obvios sólo después del hecho, generalmente después de que el perpetrador ha disipado los fondos invertidos para uso personal o los ha utilizado para pagar rendimientos a inversores anteriores. 

La debida diligencia requiere que los posibles inversores verifiquen las reclamaciones y la fórmula de inversión de los gestores de inversiones privados para protegerse de dicha devastación financiera.

Si sospecha de un esquema Ponzi u otro fraude financiero, busque la ayuda de un abogado que pueda ayudarle a descubrir el fraude y buscar la reparación adecuada por la pérdida.        

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